Sin embargo, en hechos como éste, siempre queda la duda de hasta qué punto la imaginación nos hace ver cosas que no están ahí, o actúa de forma contraria para obligarnos a negar una realidad o un peligro que somos incapaces de aceptar. Tal vez suene ridículo pensar que hay alguien que nos está acechando, pero también queda la pregunta ¿y qué tal que sí?...
Me atengo a aceptar que quizá sea ridículo, pero la vida real también lo es, entonces ¿por qué no habría de estar alguien acechándonos?
RépondreSupprimer